Articulo de Cortesia
AEM
Cuando a mediados de la década pasada el respetado actor Liam Neeson, nominado al Oscar por «Schindler’s List» en 1994, recibió un llamado del realizador y productor francés Luc Besson, proponiéndole que protagonizara una nueva película de acción, pensó que se había equivocado de estrella. Sin embargo, el experto en el género sabía perfectamente que el macizo irlandés era la figura perfecta para su historia sobre un ex-agente de la CIA que intenta recuperar a su hija adolescente de las manos de los tratantes de blancas que la han secuestrado. Neeson finalmente aceptó y cuando «Taken» llegó a los cines de Estados Unidos en 2007, la película escrita por Besson y dirigida por su mano derecha, Paul Morel, se convirtió de inmediato en un verdadero fenómeno. Los críticos recibieron con entusiasmo su solidez argumental y la efectividad de sus escenas de acción, apoyando a un Neeson que estaba perfecto como un hombre que se resiste a usar sus técnicas mortales pero que cuando llega el momento no duda en emplearlas. El filme recuperó en su primer fin de semana los 25 millones de dólares que costó, acumulando al final de su exhibición 145 millones sólo en Estados Unidos y un total de 226 en todo el mundo.
Neeson, que en aquel entonces ya tenía 55 años, fue el primer asombrado cuando todo el mundo pasó a considerarlo como la nueva gran estrella del cine de acción, pero no dudó en aceptar los papeles que comenzaron a lloverle a partir de «Taken», y por supuesto disfrutó de volver a encarnar a Bryan Mills en una segunda parte. El filme, que llegó a los cines en el 2012 y aumentó su presupuesto a 45 millones de dólares, fue otro contundente éxito, debutando en el primer puesto con casi 50 millones en tan solo 3 días y sumando un total de 376 millones en todo el planeta cuando finalmente bajó de cartel.
Como no hay dos sin tres, este 9 de enero llegará a los cines de todo el país el filme que completa la trilogia, y en la que Neeson vuelve a demostrar por qué sigue siendo el gran héroe del cine de acción. En «Taken 3» todo comienza en el punto en que lo dejamos en la segunda película, cuando su relación con su ex-esposa, encarnada por la ex-chica Bond Famke Janssen, parecía estar a punto de recompenerse. Sin embargo, las cosas cambian por completo cuando descubre con horror que ella ha sido asesinada, y antes de que pueda reaccionar, es rodeado por los agentes de la policía de Los Ángeles, quienes creen que ha sido él quien la mató. Mills vuelve a utilizar sus mortíferos conocimientos para escaparse, decidido a encontrar al responsable del crimen. Su tarea no será nada fácil, porque será perseguido implacablemente por el detective que encarna el ganador del Oscar Forest Whitaker, quien aunque sospecha que es probable que alguien haya tratado de acusar falsamente a Mills del crimen, primero necesita atraparlo para que pueda aclarar el asunto ante la justicia. En «Taken 3» también vuelve a aparecer la bellísima Maggie Grace, quien encarna a la hija de Neeson, ya convertida en una mujer adulta que es quien ayudará a su padre a resolver el enigma. En la nueva película no faltan las espectaculares escenas de acción como las que en los dos filmes anteriores dejaron sin aliento a los espectadores. En este caso, sobresale una intensa persecución en las autopistas de Los Ángeles, para lo cual el director Olivier Megaton consiguió cerrar un freeway durante tres fines de semanas consecutivos, y una escena en la que un Porsche y un avión compiten de igual a igual, con una espectacularidad que envidiaría el mismísimo James Bond.