Se acabó el verano y ya es hora de regresar a la escuela. Mientras que muchos padres brincan y saltan de la alegría porque sus hijos regresan a clases, en mi caso es todo lo contrario. Yo pensé que me pondría feliz, pero me puse triste.
Esteban regresó a clases la semana pasada y que me da la melancolía, pero no por él sino por mi. Mi pequeño, de 12 años, estaba feliz de regresar y no dejaba de pensar en sus amigos mientras que yo me quedaba en casa añorando la luz de mi hogar
El bullicio se apagó de pronto, no ruidos de televisión, no gritos, no risas, ni peleas. Nuestra casita se quedó en silencio por las mañana e incluso hasta mi perrita Pika lo echa de menos.
Es cierto. Casi todos los días discutíamos: “Que levántate”, “que tiende tu cama”, “que ven a desayunar”, “recoge tu plato”, métete a bañar!”… pero también platicábamos y jugábamos juegos de mesa, viajamos a México y hasta tuvimos una semana de lego.
Siiipi… Las vacaciones se acabaron como todo tiene su final y los chicos regresaron a clase a prepararse para los desafíos del mañana.
El día llegó y como olvidarlo. Se levantó muy temprano, se metió a bañar y salió como todo un catrín: Muy guapo, peinado y hasta perfumado. Luego lo llevé al lugar que será su segundo hogar por lo menos todo el año.
Se bajo del auto casi sin despedirse. Yo me quede ahí sentada dentro del carro. Lo vi alejarse rumbo al plantel escolar. Con paso firme y seguro se fue y ni hizo el intento de voltear a verme para decirme adiós. Se perdió entre la multitud de jovencitos que se dirigían a sus respectivas aulas.
ahí me quedé pasmada y pensando y ahora qué voy a hacer? De pronto me contesté: «Bueno, primero a hacerme el manicure y pedicure que no me lo he hecho en meses, luego incorporarme a mi clases de ejercicios, después iré de compras y luego a la chamba…” Como arte magia…. de repente tenía mil cosas que hacer.
De acuerdo a los expertos es normal que tanto los padres como los niños y hasta las mascotas resientan el regreso a clases.
-Algunos chicos sufren de ansiedad y estrés ante los nuevos retos escolares tanto sociales como académicos. Deben adaptarse a diferentes maestros y compañeros y sobre todo a los metodos de enseñanza.
-Las mascotas también sufren de ansiedad y se sienten abandonadas. En el caso de Pika se la pasa en la puerta o ventana esperando que Esteban regrese de la escuela y cuando ve que ya viene se vuelve loca de alegría. Otros perritos ladran constantemente y se vuelven destructores.
-Algunos padres sufren el síndrome del nido vacío por algunas semanas. Viven episodios de ansiedad, tristeza y soledad.
Se recomienda
-Niños: Ser comprensivos con los menores sobre todo los primeros días de clase que son los de adaptación. Abrazarlos y mimarnos para darles seguridad.
-Padres: ¡Ocuparse! Sería bueno regresar a clases, tomar algún curso o taller mientras los niños están en la escuela, dedicar esas horas para el cuidado de ellas misma y descansar para que cuando lleguen los chicos estén frescas y radiantes.
-Mascotas: Tomarlas en cuenta cuando los chicos están fuera, jugar unos minutos con ellas y apapacharlas para que se sientan queridas.
Comparte con tu hijo caminata de por lo m enos 30-munitos después de cenar toso lod dias y preguntale como le fue y comparte unapequeña conversación. Es una Buena terapia de comunicación.
Correción
Comparte con tu hijo una caminata de por lo menos 30-minutos después de cenar todos los dias, preguntale como le fue y comparte una pequeña conversación. Es una Buena terapia de comunicación. –