El Palacio Nacional de la Cultura, obra inaugurada en 1943 y declarada en 1980 “Monumento Histórico y Artístico”, fue el escenario donde este jueves el Presidente Otto Pérez Molina entregó la Orden del Quetzal, en el grado de Gran Collar, al cantautor guatemalteco Ricardo Arjona.
La ceremonia fue presenciada por los miembros del Gabinete e invitados, reunidos en el Patio de la Paz, y seguida por decenas de personas apostadas en la Plaza Mayor, en el centro de la ciudad, frente a las pantallas instaladas por la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia, y las miles que tuvieron oportunidad de ver la transmisión en vivo por medio de la Página de Gobierno.
Al reconocer la trayectoria humana, cívica y artística del músico, el mandatario calificó al homenajeado como ciudadano distinguido y lo honró cediéndole el simbólico cambio de la Rosa de la Paz en su calidad de Embajador de la Paz.
“Cuando en otros lugares mencionan su nombre junto al de Guatemala, nos sentimos orgullosos. Guarde este momento en su mente porque todo un país está con usted. Gracias Ricardo, le deseamos muchísimos más éxitos, que muchos escenarios sigan siendo abarrotados”, dijo el jefe del Ejecutivo en su discurso.
Herencia invaluable
En su intervención, Arjona resaltó la ausencia de su padre y de quien, subrayó, heredó la humildad con la que representa al país por el mundo. “Hoy estamos aquí, y muy emocionado recibo este reconocimiento intentando, en la manera de lo posible, ser consecuente a lo que representa para todos mis hermanos guatemaltecos”, añadió.
Arjona es un artista nacido en Jocotenango, municipio de Sacatepéquez. Su discografía incluye 13 álbumes de estudio, uno en vivo y 19 recopilaciones, en las que su voz modula distintos géneros que le han valido, entre otros, premios Grammy y Lo Nuestro, así como Antorchas y Gaviotas en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, en Chile.