Alejandro Fernández anda de manteles blancos por todos lados y además, estrenando nueva imagen. Ayer tuve la oportunidad de verlo cara a cara y para mi punto de vista claro que se hizo uno que otro arreglito con el bisturí, aunque él explico que su nuevo look se debe a una rutina de ejercicios muy intensa. Dice que en vez de fortalecer músculo, hizo una rutina donde se hizo más compacto. Eso lo hizo perder muchas libritas, pero muchas libritas de peso.
Bueno, serán peras o manzanas…. pero aquí lo cierto es que “El Potrillo” anda disfrutando del éxito en esos momentos. Su disco “Confidencias” es el más vendido en 19 países. Ayer su compañía disquera le entregó en el Museo del Grammy un disco de oro y otro de platino por sus altas ventas en Estados Unidos y Puerto Rico.
Su alegoría aumentó cuando el concejal Curren D. Prince Jr. de la ciudad de Los Ángeles anunció que esa municipalidad había designado el 12 de septiembre como “Día de Alejandro Fernández”. ¡Wow!
El cantante también supo agradecer y no se fue sin dar algo para los angelinos. Hizo entrega de un sombrero para que fuera exhibido en el museo del Grammy.
Lo malo del caso, es que el hijo de Vicente Fernández se marchó para regresar a Los Ángeles hasta el 7 diciembre con su concierto. Se fue sin darnos razón sobre la salud de su padre, quien hace poco sufrió una trombosis.
Y no es porque no le hayamos querido preguntar, sino que las preguntas de los reporteros fueron entregadas al personal de su disquera, que se encargó de elegir las que mejor les convino. Llámenlo “gajes” del oficio o falta de respecto a la profesión. ¡He dicho!