Si eres víctima de un crimen o incidente provocado por el odio debes denunciarlo para evitar su impunidad y para que conozcas tus derechos y obtengas los recursos necesarios que te ayudarán a sanar.
“El afectado pueden llamar al 211 de cualquier lugar de California y una persona capacitada le ayudará a obtener los recursos que necesitan dependiendo de su caso, como salud mental, consejería, cuidados médicos, abogados y también si desea denunciar el crimen a las autoridades”, explica Linda Bustamante, gerente del programa Anti-Odio del Condado de Los Ángeles, que en asociación con la Comisión de Relaciones Humanas del condado angelino (CRH) ofrece la línea directa para conectarte con los servicios.
Este programa anti-odio prácticamente es nuevo en Los Ángeles y fue creado ante el gran aumento de crímenes e incidentes de este tipo en la región.
Según la CRH, los crímenes e incidentes de odio reportados registraron su más alto nivel en 20 años en 2022, alrededor de 929 denuncias y el 57% fueron por motivos raciales.
De los actos mencionados, el 93% fueron anti-latinos y algunos se reportaron entre miembros de la misma raza, diferente país y tono de piel.
“Últimamente hemos visto agresiones entre los propietarios de vivienda e inquilinos. También de vecino a vecino y a veces entre los mismos latinos de diferentes países como Guatemala y México, indicó la experta durante un evento organizado por el periódico Impulso de Los Ángeles como parte de la campaña Stop To Hate del estado de California.
Los administradores del programa dicen que un gran número de delitos pasan desapercibidos por que las víctimas tienen miedo a denunciar, sobre todo los ataques a los vendedores ambulantes y personas indocumentadas.
“Es muy importante reportar porque entre más denuncian más recursos se destinan para ayudar a las víctimas”, dice José Luis Kerch, coordinador del programa anti-odio de los vendedores ambulantes, agregando que la información obtenida durante la denuncia es personal y no se comparte con otra dependencia gubernamental.
En algunos casos, las agresiones son tan fuertes que las víctimas pueden perder la vida y hasta suicidarse. Se han reportados suicidios en estudiantes adolescentes que han sufrido acoso en las escuelas o internet y agresiones que han terminado en tragedia.
Un gran número de agresores defienden sus actos delictivos escudándose en su derecho de libre expresión de la Primera Enmienda y es por eso que los expertos destacan las diferencias.
Se considera un crimen de odio a los delitos cometidos con un motivo de parcialidad o perjuicio, el cual las víctimas son seleccionadas por su raza o etnia, nacionalidad, religión orientación sexual, discapacidad física o mental, edad y género.
Por ejemplo, intentar disuadir u oponerse a actividades religiosas mediante amenazas de violencia, dañar la propiedad de una persona debido a su raza, color o nacionalidad, reales o percibidos y enviar amenazas violentas y comentarios racistas por correo a un vecino.
“Pintar grafiti de un suástica, (símbolo nazi) en un lugar de judíos es considerado un crimen de odio”, explica Kerch.
Estos delitos son procesados penalmente por las autoridades. Sin embargo, la Constitución protege los incidentes motivados por el odio que no incluyen violencia, amenazas o destrucción de la propiedad privada, tales como insultos despectivos, intimidación y distribución de materiales con mensajes de odio en lugares públicos.
No obstante, estos casos eventualmente pueden terminar en un crimen de odio.
Para reportar un crimen de odio puedes llamar al 211 o llamar a 833-866-4283. También visitar el sitio CAvsHate.org para conocer tus derechos.