Hace unos días tuve la oportunidad de ser testigo de un encuentro entre Michelle Salas y Diego Boneta. Ambos acudieron a la presentación del nuevo disco de Alex Syntek, Syntek + Syntek, que por ciento está bien ochentero.
Bueno, pues ahí estaba Diego conviviendo con sus amigos en la primera fila. Eso no es novedad, lo que sí noté es que no dejaba de ver su celular y la puerta. Parecía que esperaba a alguien y pues sí. De pronto que aparece Michelle Salas luciendo un elegante traje negro, con un saco beige y unos zapatos rojos encendido que le hacían combinación al color de su labios.
Al actor se le iluminaron los ojos al verla y de pronto toda la ansiedad que tenía se fue. Se olvidó del celular y de la puerta para concentrarse solamente en el concierto y en Michelle, quien se sentó a su lado para disfrutar la música electrificante de Syntek.
Eso no es todo, al final, los medios nos apostamos afuera del estudio esperando que salieran juntos y aceptaran su amor de una vez por todas, pero eso no se sucedió. Sino todo lo contrario. Cada uno por su lado habló con nosotros.
El actor nos contó que se encuentra trabajando con Syntek en un dueto para la nueva película animada y mexicana “El Americano” y cuando lo cuestionamos sobre la hija de Luis Miguel, se limitó a decir: “¡No me pela!”.
Michelle fue peor, ignoró todas nuestras preguntas referentes a su pretendiente y se enfocó en platicarnos sobre su blog de moda y vida y estilo.
Por ser hija de Luis Miguel pensé que se parecía al “solecito”, que por bien sabido, no le gusta interactuar con los medios y además, es medio “especialón”, por no decir “sangrón”.
En mi primera impresión, Michelle me pareció buena onda, nada payasa, dispuesta a platicar sobre sus proyectos y hasta cierto punto se sintió acorralada por la prensa.
Habló con todos los medios chicos y grandes y con el mismo entusiasmo. Además, posó para las cámaras y tuvo tiempo de hasta de dar unos consejitos de belleza como: “Come saludable durante la semana para que el fin de semana puedas darte tus gustos”.
Nunca supimos con certeza si esos dos ya andan de novios, pero lo que se ve no se pregunta, y para mi impresión, creo que “ese arroz ya se coció”.